Eso de que si al que gobierna le va bien, a sus gobernados le va bien, no es más que un tibio mito de los que se conforman con cualquier resultado en las urnas. De hecho, es un mito sin fundamento y contraevidente, porque quien gobierna, cuando hay elecciones, ha derrotado las visiones y planes de gobierno de personas y grupos políticos que hubieran gobernado con un plan distinto y hasta contrario del que ganó. Por ejemplo, a los electores de Morris no les podría ir bien si Claudia López logra el cometido de empezar la construcción del Metro elevado que le dejó adjudicado Peñalosa. Y le iría mal a toda la ciudad, en mi opinión, porque si una lucha ha encontrado un soporte serio, documentado y con demandas sólidas, y muy pocos argumentos de defensa, es el Metro elevado.
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