La guerra de Ucrania-Rusia afectó los precios del combustible y los alimentos e hizo que la inflación se disparara en todo el mundo; particularmente, América Latina alcanzó el 8,4% para la región en junio del 2022, que fue el mayor nivel registrado desde 2005, según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal). Para fines del año pasado, se observa:
EE.UU: Inflación más alta desde 1981
Reuni Unido: Inflación más alta desde 1981
Italia: Inflación más alta desde 1985
Argentina: Inflación más alta desde 1991
Suecia: Inflación más alta desde 1991
Canadá: Inflación más alta desde 1991
Japón: Inflación más alta desde 1991
Alemania: Inflación más alta desde 1996
Colombia: Inflación más alta desde 1999
Colombia llegó a ocupar el “top five” del ránking de inflación en la región, a pesar de estar lejos en valores a los alcanzados por Venezuela y Argentina, que ocupan de manera crónica los primeros lugares. El gran problema del país fue que, junto a Chile, era países de LATAM que mantenían valores estables en cuanto a sus índices de precios, pero en 2022 ambos vieron afectados sus costos de vida de manera inusual.
Venezuela 305,70%
Argentina 94,80%
Colombia 13,10%
Chile 12,80%
Honduras 9,80%
Guatemala 9,20%
Perú 8,46%
Uruguay 8,29%
Paraguay 8,10%
Costa Rica 7,88%
República Dominicana 7,80%
México 7,80%
El Salvador 7,30%
Brasil 5,90%
Ecuador 3,70%
Bolivia 3,10%
Panamá 2,10%
Los precios de los alimentos de consumo cotidiano aumentaron más que la inflación general.
Los alimentos y bebidas no alcohólicas, alojamiento, agua, electricidad, gas y otros combustibles, son los factores que más influyen en el alza en el Índice de Precio al Consumidor (IPC) actualmente.
Alimentos y bebidas no alcohólicas (27,81%)
Restaurantes y hoteles (18,54%)
Muebles, artículos para el hogar y para la conservación ordinaria del hogar (18,25%)
En cuanto a los alimentos; la carne de res y sus derivados, el arroz y la leche fueron los que sufrieron los mayores aumentos durante el año que finalizó.
Ahora bien, la causa de esta suba tan importante, es determinada de manera multifactorial, ya que por un lado se ve afectada por la pandemia acontecida en el año 2020 con el Covid-19, el cual desde dicho año trae aparejadas ciertas consecuencias, impactando más que nada en la economía, además de lo social y los diferentes sectores.
Otra de las causas ya mencionada que impacta de manera indirecta en todo el mundo, es el reciente conflicto que se vivió por el conflicto entre Rusia y Ucrania, que afectó en cuanto a la devaluación en varios países del mundo, incluido Colombia.
No se queda atrás la situación climática que se vivió de temporadas de lluvias, que perjudicaron en la producción nacional con grandes pérdidas.
Sumado a la dependencia de Colombia ante las importaciones, resaltando en lo que son los granos para alimentos básicos.
A raíz del gran aumento de precios en los alimentos, el mayor visto desde el año 2000, alcanzando los dos dígitos, el nivel de vida de los ciudadanos comienza a tambalear.
De acuerdo al relevamiento realizado por la contadora analista Melisa Murialdo, esto implica que el aumento del salario mínimo que se produjo en el 2022, quede prácticamente consumido por el aumento de los bienes básicos del consumo. Es por ello que vuelve a no rendir los salarios de los colombianos, pero así mismo, los expertos sostienen, que un nuevo aumento en el salario mínimo influiría en una suba más a la inflación.
A pesar de que en 2022 el aumento nominal del salario mínimo fue del 16% - 160% más que en 2021 cuando había sido del 10,07% - al haberse duplicado la inflación, la variación anual del salario real en realidad disminuyó un 35% con respecto al año anterior, ya que los incrementos reales fueron 4,45% en 2021 y 2,88% en 2022.
El problema es que la inflación abarca la suba generalizada de precios, y cuando se tienen cuenta el precio de la canasta básica, de consumo cotidiana, se observa que su aumento fue mucho mayor (28%) al aumento del salario (16% nominal; 3% real) que se percibe en Colombia. Es entonces que las familias colombianas tienen que recurrir a nuevas estrategias para su subsistencia. Según Bancolombia, la principal fuente para el consumo de los ciudadanos, son los salarios que reciben los trabajadores. Pero como no logran cubrir los aumentos del último año, hoy tienen gran influencia los créditos de consumo. Dentro de los cuales se encuentran las tarjetas de crédito, los préstamos personales e hipotecarios.
El otorgamiento de esta forma de créditos, han crecido un 33,5% en el 2022 en el mes de junio, en relación al año anterior, mientras que la utilización de las tarjetas de crédito un 43,8% en relación al mismo mes del año 2021.
Estos datos, explican los expertos, que generan preocupación, en la medida que las deudas con los bancos crecen y en el 2020, el Banco de la República, disminuyó las tasas de interés, lo que hacía más accesible el otorgamiento de estas ayudas a la economía de las familias colombianas. Pero desde el 2021 comenzó a cambiar esa realidad y en el 2022, actualmente, el costo de vida se ha elevado de manera exponencial y no se pueden sostener los mismos recursos.
A su vez, trae como consecuencia el endeudamiento de los ciudadanos, que anteriormente se efectuaba luego de 11 o 12 meses y hoy en día en un rango de 90 días comienzan a generarse las deudas que van en aumento.
A pesar de que las perspectivas para el 2023, según organismos internacionales, son buenas, actualmente la preocupación para los residentes colombianos no deja de ser menor, aunque es un problema que está afectando al mundo entero.
Contadora Analista Melisa Murialdo
Departamento Administrativo Nacional de Estadística DANE
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal)
Blog de Educación Financiera MT
Comisión Permanente de Concertación de Políticas Salariales y Laborales
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