Mié, 03/11/2020 - 12:40

Cuando la ineptitud es patente

Si uno recuerda la historia del “Titanic”, le sonará un poco la cantaleta. Cuando el barco dio a parar contra el iceberg, muchas fueron las cosas que pudieron hacerse para salvar a más personas, pero cierta parsimonia de “esto aquí no puede pasar”, lo inundó todo y ganó la ineptitud. No se dignaron a hacer más botes, a llenarlos más, a contener mejor el agua para que pudiesen aguantar y un largo etcétera de cosas que eran viables y sabidas.

Pues justo algo así está pasando con el coronavirus. Tal y como dije en el anterior artículo, es un virus menos mortal que la gripe y más parecido a un resfriado. Aún están buscando la cura, aún se está investigando. Las personas en mayor peligro y/o más susceptibles al virus son las mayores de cincuenta años y los que tengan problemas respiratorios o de corazón. Por lo tanto afecta mayoritariamente a los ancianos. Hasta aquí, todo controlado.

Como dije (me repito) en el artículo anterior los problemas graves van a venir de la mano de las malas gestiones. Y en ello estamos. En Europa no saben qué hace, así que pasan la pelota a los países. EN algunos como Italia, han decidido cortar por lo sano porque la situación si no es controlada hará que el sistema de salud no pueda contener a tantos enfermos. Porque no tenemos que olvidar que aún no hay vacuna, se contagia de forma muy rápida y fácil haciendo que los casos salgan de forma exponencial. Claro, si ante algo así no haces para para contener, resulta que tienes más enfermos que recursos. Eso da como resultado gente que puede morir por simplemente no poder ser atendida. Ese es uno de los grandes problemas.

Otro es el económico que va a terminar con una gran crisis económica mundial, pero me importan más las vidas de las personas.

En España, la mala gestión está siendo contagiosa. Los casos suben de manera alarmante sin que nadie intente hacer nada por contener y que así los casos no sean tantos y poder atender a las personas. No se toman las decisiones, se quedan mirando como el anciano que observa una obra, ve los fallos del albañil y se queda sin decirle nada. Es desesperante como esa falsa sensación de control, se contagia a una población que no están tomando ningún tipo de medida ya que el mensaje de control está en todo su subconsciente y consciente.

Vemos a Italia y no hacemos nada, pese a que ellos sean un adelanto de lo que vamos a pasar porque estamos como estaban ellos hace diez días. Pero aun así no se tomen medidas. El gobierno central hablar, para simplemente llenarse la boca con soluciones para la economía.

Es como si no quisieran darse cuenta o como si quisieran esconder que si no lo controlan con las herramientas que tienen, le caso vendrá. No será como los picos de gripe donde hay enfermos hasta en los pasillos, será enfermos sin atender, médicos contagiando a sanos… En resumen un caos digno de una película de zombis, y provocado por la ineptitud. No sé si ya es tarde para tomar medidas que frenen esto y así que los enfermos puedan ser atendidos, con ello menos incidencias de muertos.

Pero si siguen así, no controlando a los enfermos, no haciendo pruebas a las personas que han tenido contacto, no controlando lugares de la tercera edad, desde aquí vaticino que se va a diezmar a nuestros mayores y los muertos por números serán alarmantes. Las decisiones humanas son peores que los virus.

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