Estaré en mi primera firma de libros como escritora. Es algo que como profesional independiente, fuera de los círculos tradiciones, es complicado que se pueda dar. Así que emoción embriagadora mediante, me dispongo a asimilar o bien el fracaso de la soledad en mi silla con mis pilas de libros a sendos lados… o bien al otro encuentro temido.
Ese instante face off con los lectores. Momento en que te paras a darte cuenta de que personas reales (más allá de los números de las estadísticas, descargas, ventas, etc...) te leen.
Debo admitir que sí que he tenido contacto por redes sociales o e-mail con lectores, pero no es lo mismo. Porque la lejanía no palpable, lo hace todo más frío, o más bien etéreo. Como una idea hasta que se lleva a realizar. Lo digital podría ser ese trance entre lo pensado y hecho, entre la idea y el acto.
Así, que retomamos el momento sentada con sendas columnas de libros a la vera de mi persona. Como ya he comentado el episodio posible de la soledad, se entremezcla con la posibilidad de todo lo contrario. El peligro quizás de encontrarte con que tu alma ha sido abierta, leída y diferida por personas que jamás has llegado a conocer.
Y es que el oficio que nos trae entre manos, es uno tan gratificante como solitario. Hasta ahora la soledad me había ido bien, el mundo actual en cierta forma lo hace posible, pero aquí acercándome al mundo literario tradicional, el factor humano se hace irremediable.
Allí, subida a un escenario veré en cuerpo presente, como mis palabras pueden o no ejercer, aquello que siempre he deseado que se pueda lograr. Mover y retorcer las almas, como si fueran en cierta forma un poco mías como de los que me leen. En ese secuestro imaginario, me apodero un poco de mi buen lector o lectora, y tenemos ese momento simbiótico que todo escritor desea (y muy pocos logran).
Es entonces, ante los posibles lectores, ya recuperados de sus secuestros, reflejaran lo que realmente mi obra ha podido realizar en ellos.
La soledad dejará de ser tan compañera, el Rubicon de lo digital se transformará en algo que llevará toda mi forma de vida profesional a algo tan palpable como real. La vida haciéndose camino, en una escritora independiente digital que roza el ser una anacoreta en los tiempos de sobre exposición social.
Mientras espero mi face off como experiencia catártica, te invito a buscarme en Google y dejarte secuestrar un ratito por mis letras.
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