Lun, 03/15/2021 - 08:55
Foto de referencia tomada de conmishijos.com

Prevención de accidentes en niños, niñas y adolescentes (I)

Aunque para muchas personas el espacio de la vivienda es considerado como seguro para los niños, las niñas y los adolescentes, las estadísticas confirman lo contrario. Es mejor tomar todas las precauciones para la protección de la población menor de 18 años en la casa, en el colegio, en los espacios de recreación y en las calles. Más de 900 niños y niñas fallecieron en 2019 en Colombia por lesiones causadas en accidentes. Se requiere la participación de todos los adultos del entorno de los niños para prever los riesgos y neutralizarlos o eliminarlos.

Los accidentes caseros en niños, niñas y adolescentes son más frecuentes de lo que cualquier persona puede imaginar. Igual sucede con los accidentes en el espacio escolar, en los parques y en las calles producto de las interacciones con los vehículos o que involucran a niños y niñas como peatones, pasajeros y en algunos casos como conductores de bicicleta o moto.

Tan solo en 2019 murieron en Colombia 443 menores de 18 años de edad como producto de accidentes en la vivienda, en espacios acuáticos (mar río, arroyos, humedales, lagos) o en otros espacios. De otro lado, las víctimas de siniestros viales en 2019 menores de 18 años fueron 461.

Es decir, en 2019 fallecieron en total 904 niños, niñas y adolescentes víctimas de accidentes y de siniestros viales, de acuerdo con los registros del Instituto Nacional de Medicina Legal de Colombia, en situaciones que hubieran sido prevenibles. En promedio cada semana mueren en Colombia 17 niños por esta causa, más de dos por cada día del año.

Al hacer un sencillo rastreo por Internet de las noticias que publica la prensa y poniendo la información en conjunto, se evidencia que los accidentes y las muertes de niños y niñas por esta causa son frecuentes.

Pulzo.com publicó la siguiente nota en marzo de 2019: “Niño de 9 años murió de un disparo mientras jugaba con un arma con otros 2 menores”. Todavía son extrañas las circunstancias en la que el niño fue alcanzado por la bala, pero se sabe que los 3 menores estaban solos en una vivienda de Bogotá.

La voz de la región, del departamento del Huila, publicó en junio de 2019: “Menor de tres años murió envenenado en una vivienda de El Agrado”. Según se conoció, el menor Dylan Santiago Leiva Castro murió luego de ingerir de forma accidental una sustancia altamente toxica cuando se encontraba en una vivienda del barrio Manizales, autoridades investigan.

La Nación del Huila, en noviembre de 2020 publicó: “Tragedia familiar en Timaná por aparente intoxicación de menores”. Cinco menores de edad, entre los 2 y 4 años, integrantes de una familia indígena que reside en la vereda Loma Larga del municipio de Timaná, habrían ingerido una sustancia tóxica. Autoridades informaron que la tragedia que enluta a un humilde hogar del sur del Huila está en investigación.

Esta noticia de julio de 2020 es del diario Vanguardia, de Bucaramanga: “Quemaduras por accidentes caseros aumentaron durante la pandemia”. Manipulación de gasolina, de líquidos hirvientes y de redes eléctricas son los hechos que más han causado accidentes caseros durante el aislamiento preventivo ordenado en el marco de la emergencia por COVID-19.

Caracol Radio, desde Cúcuta, informó en octubre de 2020: “Pronóstico reservado niña que cae desde balcón en Cúcuta”. Los habitantes del sector residencial de los estoraques no salen de su consternación por el accidente donde una niña de seis años cayó desde el balcón del apartamento de su familia, en un descuido del adulto que la cuidaba.

El Tiempo desde Bucaramanga publicó en enero de 2021: “Niño murió tras atragantarse con una ficha de parqués en Bucaramanga”. En Bucaramanga hay conmoción y tristeza por la muerte de un pequeño de 12 años que perdió la vida después de tragarse una ficha de parqués, la cual se le quedó atorada en la garganta.

Caracol Noticias TV informó en marzo de 2021: “Paseo acabó en tragedia: joven se lanzó a las profundas aguas de un río y no volvió a salir”. Los clavados que parecían ser un espectáculo para quienes asistían al Charco del Burro, ubicado en Sucre, Cauca, cambiaron trágicamente cuando un joven se lanzó a las profundas aguas y no volvió a salir. En cuestión de segundos, desapareció ante la impotencia de quienes trataban de auxiliarlo.

Caracol Radio, desde Cúcuta, publicó en marzo de 2021: “En una UCI de Cartagena niño de ocho años (muere) tras recibir descarga eléctrica”. El menor de nacionalidad venezolana se electrocutó al tratar de conectar un ventilador. El hecho ocurrió en el barrio Daniel Lemaitre.

Alerta Paisa publicó en septiembre de 2020: “Un niño de 13 años murió cuando practicaba gravity bike en la vía Medellín – Sonsón”. Un menor de 13 años murió luego que chocara su bicicleta contra un camión cuando bajaba a gran velocidad por la vía Medellín – Sonsón, en el Oriente antioqueño. La víctima que practicaba gravity bike no pudo maniobrar y perdió el control en el km 41+810 sector la pastora, dijo el comandante de la policía de carreteras, coronel José Ricardo Archila Zapata.

Datos de la OMS reportan que cada año en todo el mundo mueren 950.000 niños por lesiones, y aproximadamente 90% de estos casos son accidentes, de modo que las lesiones en niños siguen siendo un problema de salud pública en el mundo (OMS citada por el MD Pediatra Ernesto Durán en el XXVII Congreso Colombiano de Prevención y Atención del Maltrato Infantil organizado por la Asociación Afecto).

El abordaje del problema es urgente y requiere de herramientas para padres y madres de familia de niños niñas y adolescentes.

Estoy participando desde hace varias semanas en un grupo de estudio sobre el tema organizado por la Asociación Afecto contra el maltrato infantil. 

Esta organización no gubernamental sin fines de lucro exitosamente publicó una serie de recomendaciones sobre prevención de accidentes en niños, niñas y adolescentes a mediados de la década de 1990 llamada “Los 17 Ay! que se pueden evitar”. Consistían en 17 recomendaciones a padres de familia para el cuidado y la protección de los niños.

El grupo de estudio en el que participo está conformado por voluntarios y voluntarias miembros de la Asociación Afecto y de él hacen parte también algunos adolescentes que han sugerido, entre otros aspectos, “revisar las prácticas riesgosas como requisito de pertenencia a los grupos”.

Hasta el momento el grupo de estudio tiene claro que la proporción de accidentes en zonas rurales y urbanas es similar, aunque es un poco más alta en zonas rurales que en urbanas. También que es necesario establecer alianzas con la Iglesia Católica, producir información para niños, niñas y adolescentes que les llegue por medio pares y de escuelas y colegios, incluir a las emisoras comunitarias en el tema y, por supuesto, fortalecer la información para los padres y madres.

Desde cualquiera de nuestros roles en las familias conocemos otros padres de familia, hijos e hijas, cuidadores y, por supuesto, a niños, niñas y adolescentes a quienes hay que proteger y cuidar.

La invitación es a abrir los ojos para ver los riesgos y a divulgar la información referente a las formas y maneras de prevenir los accidentes en niños, tema sobre el cual nos referiremos en próxima columna.

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