Dom, 10/24/2021 - 09:59

Quien debe lo que sabe carece de lo que tiene

El plan de vida de las personas suele ser algo, por no decir alguien, porque este recinto no es para las balas, aunque las haya, que es más mentira que verdad, pero de eso nos percatamos, paradójicamente, luego de que hemos llevado a cabo ese plan o, con suerte, el barco varado y averiado que es ese plan.

Y mi plan, o lo que yo creí que era mi plan, o, al menos, el esqueleto de mi plan, el alma, algo de él, no contenía de ninguna forma los, no les llamaré detractores, enemigos acérrimos que lo persiguen, como si estuviera hecho de miel o de mierda, pero no vamos a entrar en detalles de estas dos materias primas ni en el porqué de sus perseguidores. Y, además, dentro de los cálculos, y eso que siempre pienso lo peor y lo mejor de todas las cosas, no estaba que anoche, mientras terminaba de revisar uno de mis libros para su publicación, personas cubiertas de pies a cabeza invadiera mi casa con el único fin de decirme que mis libros no deberían ver la luz y que mejor me detuviera, que no le estorbara al mundo, y, luego de eso, desaparecieran como si fueran billetes recién recolectados. No, compañeros de conferencia, yo también me sorprendí, no fueron a hacerme daño ni a llevarse algo de mi casa, aunque, y quienes me conocen puede corroborarlo, allí poco de valor hay, ni tampoco fueron a raptar a mi mascota, porque no tengo ni mascotas ni hijos, ni mucho menos a hacerme algo a mí, que, ya bien sabido es, no puedo recibir daño alguno porque no estoy tan vivo como los demás. Fue una visita tan inesperada como enriquecedora, si lo vemos desde el punto de vista de aquel desgraciado que anoche pensaba que se iba a ir a la cama a no dormir y, en cambio, a pensar en qué iba a hablar aquí al día siguiente, o sea, ahora mismo, porque no se le ocurría nada ni se le iba a ocurrir, aunque divagara toda la noche conversando con todos los que es.

Es de eso que vine a hablar, por supuesto, del plan que creemos que es plan pero que, visto con lupa, o, para ser terroristas, porque parece que no hay ninguno presente, con microscopio, ni es plan ni se le parece, sino que se trata de una especie de cadena fabricada con eslabones que, a su vez, están hecho de diversos materiales y elementos que se encuentran dispersos por todo el universo. Pero no es para que nos preocupemos, porque así estamos construidos nosotros, y mírennos aquí, como si fuéramos de carne y hueso y tuviéramos algo adentro que nos va a sobrevivir.

Concuerdo con casi todos ustedes, no se afanen en pedir la palabra, en que es mejor tener poco pero cierto que mucho e incierto, y es por eso que vine a hablarles de esto que me pasó. Ah, y porque lo que de verdad importa de toda mi obra no está en mis libros, o, al menos, no en donde la gente cree que está. Ustedes, más que ellos y más que yo mismo, me entienden.

 

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