Amándote tanto como yo te amaba
no supe comprenderte,
no logré retenerte
y fabriqué tu ausencia
que hoy, todo el tiempo,
me hace compañía.
Anoche con tus versos alterné
las añoranzas de mis alegrías
y miré sin prisa tus 10 fotografías.
Después de tantos años de no verte,
de nuevo he confirmado
que sigue por ti mi amor intacto...
¡que te amo demasiado!
Le escribo a tu silencio
versos mensajeros de amor,
quisiera penetrar tu pensamiento
para saber si sientes como siento,
si ansías volver a amar
y ser amada
y sentir en tu piel el sobresalto
del primer beso que espontánea diste
cuando el amor sentiste.
Yo escribo también para decirte
que solo hay una vida para amar,
y preguntarte si sueñas con soñar
y compartir tus días,
si deseas como yo
ganarle tiempo al tiempo
y no dejar para después la vida,
porque la vida se va en cualquier momento.
Si sientes como yo, ¿para qué callas?
Los dos cargamos pesadas soledades,
la química ya está,
poco nos falta,
tu puedes manejar el rumbo de mis días,
rescatar mi esperanza
y yo sanar tu herida;
¡no dejemos para después la vida!
No hemos hecho el amor físicamente,
hemos hecho el amor profundamente,
con nuestros ojos,
mirándonos el alma,
con nuestras manos entrelazadas,
juntas,
también con nuestros labios
que sienten los latidos
de nuestros corazones,
que hablan de ilusiones,
con nuestras almas que suspiran,
con nuestras mentes que comparten sueños.
Si hemos hecho el amor profundamente,
cuan profundo será
cuando los dos hagamos el amor
físicamente.
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