Lo simple y lo sencillo es también cálido, ayuda a vivir con tranquilidad y calma. Lo simple es accesible. Lo sencillo es poco complejo. Un grano de arroz es sencillo, una salida a caminar es simple si se hace por divertimento o salud por un sendero seguro y tranquilo. Una pepita de maíz es simple, si se la mira con cuidado.
Simple es pedalear una bicicleta para avanzar más rápido y con menos esfuerzo que caminar para recorrer una distancia mayor. Sencillo es limpiar la bicicleta, cuidarla y mantenerla en buenas condiciones.
Simple es parar ante un semáforo en rojo. Sencillo es hacerlo a conciencia, sin afán, con buen genio, actitud y conciencia de protección y autoprotección. Hacerlo para seguir las convenciones sociales, dar el paso a otros mientras se detiene y espera y cumplir con la ley.
Simple es levantarse temprano y acostarse temprano también. Tener un horario para las cosas. Ser organizado u organizada en las actividades. Sencillo es iniciar, comenzar algún día para ver que es posible y sano.
Nada más sencillo que sonreír. Saludar en la calle es un acto de simple cortesía. La sencillez de la sonrisa revela la pureza del alma y del comportamiento. Para hacerlo, hay que tener paz interior.
Ceder el paso en la vía, ayudar al peatón, al ciclista y al motociclista a transitar seguros es simple y sencillo. Solo requiere de voluntad, amor, templanza y de la introyección del otro en uno mismo. Hacer que el otro quepa en uno también es sencillo. Basta un poco de empatía. Simple empatía.
Sencillo es planificar un viaje, ya sea dentro de la ciudad, pueblo o vereda u otro país. La diferencia de distancias y escalas es mínima frente al ejercicio de planificación. A qué hora se debe salir del punto de origen y llegar al punto de destino, cuáles son los medios de transporte más idóneos para hacerlo, cómo se accede a ellos y cuándo. Estos son los principales interrogantes para resolver. Simple. Nadie viaja sin pensar en ellos. El truco está en hacerlo de forma consciente, con el fin de ayudar al planeta y a la movilidad; es decir, hay que hacerlo de una forma sencilla: pensando en uno pero también en los otros.
Sencillo es el sonido de la cuerda de una guitarra al toque del música o músico, o disminuir la velocidad ante el paso de un peatón, un ciclista o un motociclista. En la autopista también puede haber sinfonía y mejor si es por la vida. Nada más simple que crearla o contribuir con ella.
Sencillo es respirar, sentir. Simple es recibir el sol o el viento en el rostro. La sonrisa del otro en la cara, el placer del saludo, la satisfacción del cuidado y del autocuidado.
Reflexionar y luego pasar a la acción es apreciado. Es simple y sencillo, si se quiere.
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