Mar, 04/28/2020 - 09:57

La normalidad

El domingo los niños salieron a la calle, en una semana más se podrá hacer deporte fuera de casa. La normalidad, completamente anormal, parece asomar es hocico. Pero nuevamente no se está haciendo bien. La gente como concepto es incapaz de cumplir las cosas como se les indica, las condiciones impuestas para las salidas de los niños han roto con la confianza en el civismo y la población, pero los responsables son los adultos, no los niños.

Sí, muchas personas han cumplido con las condiciones que pedía el gobierno y que eran de sentido común, pero nuevamente la estupidez gana y no todos las cumples. Veremos los resultados en una o dos semanas. Quizás no sea tan mala idea, esa que la gente joven se contagien entre ellos y que así de forma progresiva vayan pasando a enfermad y siendo inmunes.

Pero sea como fuere, la normalidad se va a imponer por cansancio. Exacto, llegará un momento que la población harta de tantas medidas y normas se diga a ella misma: que sea lo que sea. Justarte entonces comenzaremos a ver cosas que antes eran normales como decisiones que deben pensarse un par de veces antes de hacerse.

La normalidad se nos va a presentar como aquel inglés que cuando fue a las antípodas se encontró a un ornitorrinco y no sabía exactamente qué era ese ser, pese a que “su aspecto le sonaba a algo conocido”.

Los niños han vuelto a las calles, la gente joven deportista volverá a llenar las calles, poco a poco veremos atisbos de normalidad, mientras el virus probablemente tienda a tener picos de infectados.

La solución al coronavirus no está en tomar este tipo de medidas, sino en cómo las tomas. No puedes tratar de volver a la normalidad cuando no tienes los test que se necesitan, cuando no hay material sanitario y tampoco has hecho mucho para mejorar las condiciones de la enfermedad.

El coronavirus en un tipo de virus que tiene cura, cuya mortalidad en situaciones optimas, es decir en un lugar donde todos los pacientes pueden ser tratados no es tan grande. No nos falla la tecnología, tampoco la medicina, los fallan los medios y los gobiernos, eso es algo que debemos tener claro y no olvidar.

Porque de todo esto hay que tener cuidado con dos cosas, que cuando volvamos a la normalidad no nos veamos más débiles ante el estado  por perdida de derechos y que todo lo malo que ha pasado es culpa de una irresponsable gestión gubernamental. La memoria más que nunca es necesaria. No hagamos como siempre y olvidemos mientras nos entregan bombones envenenados.

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