¿Cuándo y Por qué Declarar Criptomonedas en España?
Las criptomonedas no sólo han revolucionado el mundo financiero, sino también han trastocado considerablemente las normativas fiscales. En España, como en muchos otros países, se requiere la declaración de estas divisas digitales. Pero, ¿cuándo y por qué se deben declarar las criptomonedas en España?
Cuándo declarar criptomonedas en España
Conforme a la normativa fiscal española, deben declararse las criptomonedas en dos momentos clave: al comprar criptomonedas y al venderlas o intercambiarlas por otras criptomonedas o bienes. En ambos casos, existen matices que pueden afectar a la obligación de declarar. Por ejemplo, las ganancias patrimoniales derivadas de la venta de criptomonedas son imponibles en el momento de la venta. Por otro lado, si se compra criptomonedas pero no se venden, no se genera ninguna obligación fiscal hasta que estas sean vendidas o intercambiadas.
Por qué declarar criptomonedas en España
Es imperativo declarar las criptomonedas debido a las implicaciones fiscales inherentes a su tenencia y/o transacción. La normativa fiscal española reconoce las criptomonedas como un tipo de bien que puede generar ganancias o pérdidas patrimoniales. Como tales, estás sujetas a impuestos como el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Evitar la declaración de estas operaciones puede resultar en sanciones significativas por parte de la Agencia Tributaria.
Además, la declaración de las criptomonedas permite al poseedor de las mismas justificar la procedencia de los fondos en caso de una futura venta de las criptomonedas, protegerse de posibles inspecciones y garantizar el cumplimiento de sus obligaciones fiscales de manera proactiva.
Normativas sobre Criptomonedas y Tratamiento Fiscal en España
En los últimos años, la revolución tecnológica ha llevado a la aparición de las criptomonedas. España, como muchos otros países, ha tenido que adaptar su marco legal para abordar esta relativa novedad. La Agencia Tributaria Española ha emitido numerosas normativas con respecto a la fiscalidad de las criptomonedas.
Estas directrices establecen que la ganancia o pérdida patrimonial derivada de la venta de criptomonedas debe declararse en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) y que la tenencia de criptomonedas debe declararse en el modelo 720 si el valor supera los 50.000 euros.
Tributación de las criptomonedas
Para entender cómo se tributan las criptomonedas, es esencial entender que éstas se consideran un bien inmaterial. Así, al no ser dinero ni otro tipo de activo financiero, no están sujetas a Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). Sin embargo, las operaciones de compra-venta sí están sujetas a tributación en el IRPF, concretamente bajo el régimen de ganancias y pérdidas patrimoniales.
Adicionalmente, es importante señalar que la minería de criptomonedas también está sujeta a tributación. En este caso, los ingresos obtenidos se consideran rendimientos de actividades económicas, lo que implica la necesidad de darse de alta como autónomo y cotizar en el Régimen Especial de Trabajadores Autónomos (RETA).
Consecuencias de No Declarar Tus Criptomonedas en España
En los últimos años, las criptomonedas han cobrado relevancia en nuestras finanzas personales. Sin embargo, la falta de regulación y conocimiento ha provocado que muchos inversores olviden o desconozcan su obligación de declarar estas inversiones ante el organismo fiscal español. Pero, ¿cuáles son las consecuencias de no declarar tus criptomonedas en España?
Primero y principal, no declarar las ganancias obtenidas de la venta o intercambio de criptomonedas conlleva a la posible aparición de sanciones fiscales. La Agencia Tributaria (AEAT) trata estos activos como cualquier otra inversión, por lo que cualquier ganancia o pérdida debe ser incluida en la declaración de la renta.
Comprobación y Sanciones de la AEAT
El organismo fiscal español tiene la capacidad de rastrear las operaciones de criptomonedas a través de las casas de cambio, así como los movimientos bancarios asociados a estas. Si se detecta que no se han declarado estas operaciones, la AEAT puede imponer multas y sanciones que pueden variar desde el 50% hasta el 150% de la cantidad no declarada, dependiendo de la gravedad de la omisión y el tiempo transcurrido.
En la práctica, esta sanción puede ser aún mayor, ya que a estas cantidades se suele sumar los intereses de demora y la obligación de pagar la deuda tributaria no abonada en su momento. Además, en los casos más severos, incluso se pueden dar situaciones de responsabilidad penal por delito fiscal si la cantidad no declarada supera los 120.000 euros.
